jueves, 1 de mayo de 2008

AL DIABLO CON LA DEMOCRACIA

Ramsés Ancira

Con fundamento en el Artículo 20 inciso F de los "Nuevos Estatutos"



No se trata de cuestionar el triunfo de los ganadores, tampoco de hacer leña con el árbol caído de los perdedores, cada uno hizo suficientes méritos para lograr sus respectivos resultados. Aun más, no se trata de enmendarles la plana a los magistrados que bien deben saber que lo que es legal no siempre es justo: el problema de fondo es que su fallo avala lo que podemos esperar desde el poder, el mensaje tácito y explicito es: Al carajo, o parafraseando a López Obrador, al diablo con la democracia.



Porque el aval que dio el Tribunal Electoral del Distrito Federal no respaldó el voto rotundo, claro e inobjetable (¿se acuerdan del viejo PRI?) de una mayoría convencida, mas bien premió a la mejor maquinaria, al mejor operativo, al acarreo más perfecto.

Porque la decisión no fue tomada por las mujeres convencidas de la justicia detrás de las modificaciones legales para la interrupción del embarazo, ni por los vecinos hartos de cómo el Partido Acción Nacional se ha limpiado las excrecencias con el Bando 2 para destruir la ecología en Benito Juárez, ni por los ciudadanos que ven la necesidad de una izquierda más racional. No, los votos que definieron la elección del Distrito Federal fueron los de los que se subieron a tiempo al pesero, los que fueron compensados con 500 pesos por haber dejado su día de trabajo.

Estos fueron los métodos en ambos bandos contendientes, sólo que uno lo hizo mejor que el otro. Ambos se pusieron de acuerdo para que se violara el derecho de libre asociación en la integración de los comités de acción política, para hacerse ciegos con credenciales electorales que identificaban clones y para que valiera mierda todo el malhadado esfuerzo del pre- registro por Internet ignorando proyectos, planes y causas.

Los CAPs no tuvieron más mérito que la sincronía en el reloj y este se aceitó con dinero. Quedaron integrados los lubricados, pero dejaron afuera a los convencidos.

Si algún mérito tuvo Enrique Pérez Correa fue que al menos estaba claro que era aspirante a coordinar al Partido. Nadie presentó programas, hizo compromisos, informó de logros o estableció diferencias que los privilegiaran sobre los contrincantes.

Además ¿Dónde estaban los contendientes? ¿Cuándo presentaron su Alternativa al candidato oficial?, Ni siquiera se dio el enroque entre Robles Maloof y Armando Arteaga para simular un poco el más de lo mismo que se preparaba para el DF.

No hay que desdeñar, claro, a la política: Alberto Begné no se movió de la línea comprometida en el cuarto del Hotel Lepanto en el que hizo mayoría para respaldar la candidatura presidencial de Patricia Mercado.

Se quedaron todos: los buenos y los vividores, los idealistas y los pragmáticos. Sólo falta ver que ocurre con los disidentes, cuyas esperanzas radican en los colegios estatales de causas y movimientos, donde aun sin voto, tienen la posibilidad de hacer escuchar su voz.

Más aun cuando Alberto Begné y Luciano Pascoe han fracasado hasta ahora es en un discurso que los distinga del que pudieran articular, Miguel González Avelar o Gonzáles Compean, para quienes la política no tiene más importancia NI FUTURO que el ancho de la maleta con la que puedan llenarse de generosas prerrogativas, importándoles muy poco si en el 2009 se pierde el registro por no alcanzar un mínimo de votos.

La preocupación verde de nuestros socialdemócratas está más verde que las de los tucanes. Adherirse al discurso de quienes están plenamente identificados con el enriquecimiento con las puestos legislativos y como brazo político de los empresarios, particularmente los ligados a Televisa, no le da ningún prestigio nuestros socialdemócratas.

Nuevamente en lo local, Enrique Pérez Correa tiene la oportunidad de legitimarse. Su mayor mérito es haber invertido en programas de desarrollo humano y de la comunidad en el módulo de Lorenzo Boturini y Bolivar.. El problema es cuanto del millón y cachote que recibe de prerrogativas por el Instituto Electoral del Distrito Federal será destinado al pago de los operadores que le facilitaron el triunfo, ahora reconocido por el Tribunal Electoral del Distrito Federal.

En la sucursal de La Mansión más cercana al Tribunal Electoral del Distrito Federal, las botellas de Champagne no son nada baratas…y eso fue solo el principio

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